miércoles, 9 de diciembre de 2009

ACUARELAS

El tema de la albufera de Valencia ofrece gran variedad de posibilidades al artista de la acuarela. Grandes panoramicas repletas de temas acuaticos, perfecta para aguadas de todo tipo. Tambien se pueden buscar zonas para hacer trabajos mas detallados.
Personalmente me encanta perderme por los caminos que circundan el lago y sentarme a trabajar.
Las epocas otoñales e invernales son quizas las mas bonitas ya que tras la siembra del arroz se inudan los campos y se pueden realizar trabajos con mucha carga de agua. Solo hay un pero y es que desde noviembre hasta febrero es la temporada de caza con lo que la zona queda toda acotada para ese fin.
Por lo tanto marzo y abril son los mejores meses, ya con la primavera de camino y con todo el parque libre de cazadores uno puede buscar la mejor vista con toda tranquilidad.
Os lo recomiendo de verdad.



Estos dos trabajos estan realizados entre 2003 y 2005. Son dos imagenes de la zona de Silla.


viernes, 4 de diciembre de 2009

ACUARELAS




Hola de nuevo, esta serie de acuarelas son de las antiguas, unos trabajos rapidos de contraluces, pequeños bocetos al atardecer. Todos ellos realizados dentro de la serie de pinturas de la albufera del año 2005.
Son un poco antiguas pero prefiero ir mostrando la evolucion de los trabajos.
Gracias

miércoles, 2 de diciembre de 2009

VIAJE A ITALIA



Aqui estoy de nuevo con una propuesta, esta vez no es pictorica, esta vez es literaria. A los amigos de la buena lectura, les recomiendo esta obra, "Viaje a Italia" de Johann Wolfgang von Goethe . Es una magnifica obra que transcurre a lo largo de la peninsula italisca. Hay que destacar la descripcion de las ciudades, atmosferas y vivencias del autor. Para los que no podais comprar el libro, os dejo un link para que podais seguirlo en un blog, capitulo a capitulo os irá introduciendo en la italia del S. XVIII.
Espero que os guste, yo ya estoy enfrascado en el......

http://www.viajeaitalia.org/

martes, 24 de noviembre de 2009

LOS MIEDOS DE LA ACUARELA


Hoy os dejo un texto escrito por Juan Pedro Rodriguez, organizador del I Concurso Nacional de Acuarela. Aunque un poco largo, creo que define muy bien lo que significa hacer una acuarela y las dificultades que tiene.

"...Dificilísimo y temible porque, como muy pocos conocen a fondo, nos hallamos ante una forma artística cuyos rasgos principales se encuentran muy cercanos a una difícil y dificultosa temeridad a la que muy pocos, poquísimos, osan atreverse a desafiar. Tal vez por ello sean tan pocos los acuarelistas y, por ende, tan escasos los concursos de acuarela; tal vez por ello sean tan abundantes los pintores de cualquier otra técnica y, por ende, los concursos de "pintura" en general; y tal vez por ello, en fin, sea tan atípico el mundo de la acuarela y el de sus practicantes. Y es que parece como si existiese una especie de miedo general en los usuarios de la brocha fina a enfrentarse con un arte que, por cualquier punto que se mire, no presento más que dificultades contra las que mejor es no atreverse y hacia las que el pintor consagrado y el novel muestran una suerte de temor indefinible que les impide no sólo pintar acuarela sino también mostrarla al público, sea en exposiciones de cualquier tipo, sea en cualquier tipo de concurso.

La primera gran dificultad de la acuarela, su primer gran reto para el temeroso artista, consiste en su imposibilidad de corrección: del blanco papel surge siempre una gran acuarela o no surge nada. Y, por mucho que se pretenda, es inútil insistir: la corrección de un leve error en el proceso de realización de la obra provoca otro error aún mayor que desemboca en una acuarela errónea en sí mismo. La ausencia de error en una acuarela bien hecha es tan manifiesta que, se mire por donde se mire la obra, resulta acuarela por los cuatro costados. Y es que eso precisamente es la acuarela: la correcta sucesión de manchas de color sobre el papel, ya aisladas, ya superpuestas, pero siempre en su justo lugar y en su justo momento, a veces antes de que haya secado la última mancha, a veces instantes antes de que seque esta o aquella zona, a veces muy después de que esté bien seco lo que hacía momentos era una balsa de agua mezclada con la más Infinita variedad de colores que pueda Imaginarse. Pero si se ha producido un error, si la mancha "se ha corrido” por donde no debía, por mucho que se intente corregir siempre será lo peor que se haga: el error irá en aumento por muchas artimañas que se pongan en juego para subsanarlo. No ocurre así, evidentemente, con ninguna otra técnica: todos los errores pueden ser borrados y corregidos tantas veces como se quiera.

La ausencia del color blanco es la segunda de las grandes dificultades y otro de los mayores temores a los que se ha de enfrentar el presunto acuarelista: el mismo blanco del papel ha de servir como color blanco de la acuarela, sin que sea admisible ningún otro procedimiento para conseguirlo, ya que la presencia de un solo brochazo de blanco de cualquier otra materia destruye automáticamente la calidad de la obra. Esa reserva que ha de ir haciéndose del blanco del papel allá donde sea necesario, ese cuidado con el que se han de ir guardando las zonas blancas del papel, obliga el acuarelista a una tensión y miedo constantes que constituyen, tal vez, la base sobre la que se sustenta, si no una buena acuarela, sí un buen acuarelista. Precisamente, cuando se pierde el “temor al blanco" comienza entonces a nacer el pintor capaz de plasmar cualquier motivo en acuarela; hasta que ello no ocurre, se carece todavía de lo que podríamos denominar el "don" de la acuarela. Y muy pocos pintores llegan a adquirirlo: prefieren, pues, quedarse en otros mundos pictóricos donde el resultado de una obra no esté siempre pendiente de una leve gota perdida que estropee el blanco tan guardado y eche a pique toda una obra que, hasta ese momento, iba siendo perfecta.


La tercera gran dificultad de la acuarela tiene mucho que ver con la rapidez en la ejecución. Una acuarela que pretenda, por ejemplo, representar un cielo limpio y radiante, ha de ser realizada, sin que exista la posibilidad de hacerlo de otro modo, de un solo brochazo, de una sola vez, por muy extensa que pueda ser la superficie en que aparezca ese cielo representado. Ello conlleva, evidentemente, una gran rapidez, una lucha constante con el tiempo de secado del agua, una ininterrumpida sucesión de aportes de agua y color, una imposibilidad absoluta de detención, de dejarlo aquí y continuar después. Y lo que es peor: mientras se esté realizando ese solo y amplísimo brochazo no se puede volver atrás, es imposible retroceder un paso, la mancha va por donde va y por ahí se ha de seguir hasta completarla, es imposible dar un mínimo paso atrás. De no hacerlo así, el riesgo del error incorregible conllevaría automáticamente la destrucción de la obra.


La misma fragilidad del soporte de la acuarela se convierte en su cuarta gran dificultad: el grácil papel que le sirve de soporte necesita, una vez terminada la obra, ser encubierto por otro material aún más frágil todavía, el transparente cristal que le presta la consistencia y la protege de tantísimos agentes agresores que podrían dañarla Irremediablemente. La acuarela es destructible con un leve golpecito, en un pequeño descuido, tras un ligero arrebato del autor que la ama mucho o del espectador que la odia un poco. ¡Ni las rosas en su primaveral esplendor temen tanto un leve roce que pretenda acariciarlas, cuánto más si es para manipuladas! Por ello el autor de la acuarela ya enmarcada teme sobremanera movería de su sitio, transportarla a centenares de kilómetros, dejarla al antojo de un mensajero descuidado. Prefiere manipulada solamente él, guardaría en su estudio, no tocarla más. Prefiere, en definitiva, no enviaría a ningún concurso en el que sepa Dios qué infinitos peligros puede llegar a correr su obra mimada alejada de sus vigilantes ojos.

La quinta y última gran dificultad que tienen la acuarela, el acuarelista y el mundo que los une es, por extraño que parezca, el miedo a los concursos. Ya hemos aludido al temor a la manipulación y transporte de la obra, pero aún queda otro miedo aún más grande: el miedo a sus hermanas mayores, la pintura al óleo y equivalentes. Una acuarela presentada a un concurso de pintura es como la doncella que se presenta desnuda a un baile de disfraces: sabe que todos van a estar pendientes de ella, como si fuese la única presente en el baile, pero teme sobremanera que todos la miren, la remiren y la admiren en su Infinita gracia y belleza pero que no le premien su disfraz.

Por ello, la acuarela, cubierta únicamente con un transparente cristal que deja al descubierto y al desnudo todos sus encantos, prefiere quedarse en el lugar preferido por su autor e ir observando año tras año cómo sus obras hermanas van visitando concursos, van corriendo certámenes, para ir volviendo una y otra vez cansadas y defraudadas al estudio del que salieron. Mientras tanto, ella aguarde paciente y ansiosa a que le llegue un día un enamorado que la convoque, aunque sea en un perdido pueblo de la campiña jiennense, a presentarse al baile de la pintura pura y desnuda."

Espero que os haya gustado........

He intercalado algunas fotos de las acuarelas de la albufera de Valencia de 2003 a 2005. Son unos trabajos rapidos de apuntes al natural......

Acuarelas albufera de Valencia

Hacia años que no pintaba absolutamente nada hasta que hace unos años, volví a retomar la tradición de salir a pintar al campo. Este es un ejemplo de algunos de los trabajos que realizé aquel año. Pequeños apuntes del natural de paisajes acuaticos de la albufera.
2005

lunes, 23 de noviembre de 2009

BIENVENIDOS

Hola amigos, este es mi nuevo blog, la idea es poder dar cabida a todas las ideas que se nos pasen por la cabeza, siempre y cuando esten relacionadas con el arte y sobretodo con las acuarelas.
Espero que disfruteis de los articulos que se vayan introduciendo.

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